Ingeniosa solución… ¡Despenalizar!

Ahora que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha considerado correcta la despenalización del aborto, me permito hacer unas propuestas “muy serias”, que podrían ayudar a la sociedad mexicana a resolver algunos de sus graves problemas actuales.

Comencemos por los "ajustes de cuentas" entre delincuentes. Si. Me refiero a las matazones que vemos en los medios de comunicación casi todos los días, con decapitados y mutilados. Esos en los que ponen letreros con mensajes, clavados en el torso del difunto con un picahielo.

No cabe duda que este es un problema muy grave. Podemos ayudar a solucionarlo si despenalizamos los asesinatos que se den en la variante de “ajuste de cuentas”.

Es muy importante aclarar que al despenalizar los “ajustes de cuentas”, de ninguna manera estamos obligando a nadie a que los realice. Sería descabellado pensar que mediante la propuesta que ahora se está haciendo, se pretenda realizar una invitación para que cualquiera pueda organizar sus orgías de sangre. ¡De ninguna manera!, solamente se pretende dar la oportunidad para que la realicen aquellos que tengan razones justificadas para ello. Ninguna persona estará obligada a recurrir a esas medidas.

Puedo afirmar con certeza que todos estamos de acuerdo en que los “ajustes de cuentas” son actos que no se deben de dar en una sociedad civilizada, y que se deben tomar providencias para que en la medida de lo posible, nunca sea necesario llegar a esos límites; sin embargo, dado el caso, es mejor reconocer la realidad.

Ante esa evidente realidad, resulta conveniente dotar a nuestra sociedad de instrumentos jurídicos para regular aquellos casos en que algún sujeto se vea obligado a recurrir a medida tan extrema.

Existen buenas razones para hacerlo:

  • Se buscaría atender a un principio de igualdad y justicia. Que ante la posibilidad de un “ajuste de cuentas”, ninguno se encuentre en desventaja. Es necesario que los “pobres” que requieran acudir a esta medida cuenten con los mismos recursos que los “ricos”, que tienen acceso a toda clase de armas.
  • Es una medida que conviene a la sociedad. Mediante herramientas jurídicas podemos provocar que de forma ordenada, los delincuentes, que tanto daño nos hacen, se eliminen entre ellos mismos.
  • Al no considerar los “ajustes de cuentas” como delito, automáticamente se nivelarán las malas estadísticas que tanto nos desprestigian.

Como comentario al margen, debemos dejar claro que esta es una medida que corresponde decidir únicamente a nuestras autoridades legislativas, por lo que no debemos permitir la opinión de ningún moralista que pretenda imponernos sus opiniones personales. Esa idea de que está prohibido matar, corresponde a una imposición religiosa. No olvidemos que hemos insistido que estas medidas no obligan a nadie. Si hay alguien que en su fuero interno está convencido de que para él resulta una conducta mala realizar un “ajuste de cuentas”, no está forzado a hacerlo.

Ya que andamos en estas, despenalicemos el secuestro. No olvidemos que aquellos que secuestran consiguen mejores oportunidades económicas para ellos y sus familias. ¿Por qué negarles ese derecho?

También deberíamos despenalizar el tráfico de drogas. Todos, sin importar edades ni condición tienen derecho a su “viaje”. Que ningún anticuado pretenda imponernos su forma de vida y de pensar. El que no esté de acuerdo, no tiene porque entrarle.

En el mismo sentido, podemos despenalizar el robo de autopartes. Si algún mocho considera que robar es malo, no se le puede presionar para que lo haga.

Es hora de quitar sanciones al hecho de conducir alcoholizado. ¡Fuera el alcoholímetro!, ¿por qué razón otro sujeto, por muy autoridad que sea, puede restringirme mi derecho a conducir en la forma que yo quiera?. Deben de entender que al quitar esta restricción, de ninguna manera se le pide a los abstemios que se emborrachen.

Hay que abolir las multas por no traer el cinturón de seguridad. El único afectado por no utilizarlo sería el omiso mismo. ¿Creen que los conductores son unos tarados que no pueden decidir por si mismos?, el que quiera seguir utilizando los cinturones, lo puede seguir haciendo. La medida no obligará a nadie a conducir desamarrado.

Hay que despenalizar las violaciones y la pederastia. Los robos y los fraudes. Las lesiones y los asesinatos. Reconozcamos la libertad de cada quien. Nadie tiene derecho a imponer a otro el pesado fardo de la moral. Por supuesto, tengamos cuidado en no convertir en obligatorias esas conductas, sino dejarlas a la decisión de cada cual.

Quitemos las penas para el parricidio y el infanticidio. Que se aumente el tiempo en el que se pueden realizar abortos legales. ¿Por qué limitarlo a 12 semanas?, al fin y al cabo ya está claro que nuestra Corte Suprema avaló el derecho de las madres para matar a sus hijos.

Hasta aquí la propuesta. Disculpe usted por tanto disparate y absurdo. Solo pretendo tratar de argumentar que la LEY también debe ser una herramienta para orientar el camino que nos lleve a la construcción de una sociedad ordenada y justa. Si hay algo que consideramos como no deseado, debemos dejar muy clara la señal.

Despenalizar, a tontas y a locas, es salir por la puerta falsa.

(Versión adaptada de un correo electrónico que envié en abril de 2007 a una conocida analista de política, que en un programa de televisión defendía la despenalización del aborto).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ingeniosa la ironia pero muy peligrosa. Con la capacidad que demostraron los mini-stros de la Corte, puede ser que se la crean y terminen por hacerla realidad.

Anónimo dijo...

Tambien es necesario ver otros puntos de vista. La fuerza del estado no debe de utilizarse para castigar conductas que no trascienden a otros y que deben quedar en la libertad de cada quien. Mientras no afectes a otros, que no se metan contigo. Pero en el caso del aborto, no hay duda que se están afectando los derechos de otro. Se priva de la vida a un ser que no puede defenderse.

Jesus dijo...

Siguiendo sobre la línea de pensamiento de la despenalización del aborto (sin apoyarla) y sin ser un experto en la materia (no soy abogado) quisiera saber por que tanto relajo entonces en apoyar la pena de muerte, ahora que ha estado tanto en boga..... digo a final de cuentas es en escencia lo mismo, simplemente la diferencia de edades y que hay capacidad de defenderse en una y en otra no...

Anónimo dijo...

Encantado con estas líneas. Desgraciadamente, aquellas personas que llamamos "togadas" no dejan de sorprendernos con sus resoluciones. Por otro lado, con respecto a lo que comenta JR, ojo, antes de estar pensando en pena de muerte, hay que pensar primero en la administración de justicia en nuestro país. En lo personal, estoy en contra de la pena de muerte; la solución no está en aprobar sanciones más duras contra los delincuentes. El imponer 60, 90, 100 ó 1000 años de prisión, pena de muerte, hasta mutilación (en un ejemplo absurdo) no va a servir de nada, si tan sólo un bajo porcentaje de delitos se denuncian; si de los delitos que se denuncian sólo unos cuantos los consignan; si de los que se consignan sólo unos cuantos se condenan; si de los que se condenan sólo unos cuantos causan ejecutoria. Ya vimos lo que nuestros doctos ministros pueden hacer desde su escritorio...